Voy a
confesaros un secreto que he descubierto estos días atrás; coincidiendo con mi aniversario,
y reconociendo que ando un poco chapado a la antigua en algunas cuestiones, me
he enterado que soy un espécimen raro, esto me lo ha aclarado un tal Juan Rosell,
a la sazón Presidente de la muy noble y solidaria CEOE (Confederación Española
de Organizaciones Empresariales). El máximo representante de los empresarios ha
dicho en público y en voz alta, que: “el
trabajo fijo y seguro es un concepto del siglo XIX", además añadió
cuando estaba algo crecidito en el asunto “que
el proceso de transformación digital lo cambia todo, en el mundo de los
negocios y en el día a día de las casas, y hace que lo que hoy parece
imposible, en unas horas, días o semanas parezca posible". Pues, iba a
decir amigo Rosell pero diré, señor Don Juan por aquello de la no confianza: o
sea, que los empresarios piden estabilidad para poder invertir sin riesgo a la
bancarrota, cosa que me parece loable, pero en cambio, el asalariado tiene que
andar a la cuarta pregunta y sin poder asumir riesgo a la hora de comprar su
vivienda, aventurarse a cambiar de coche, si lo tiene, o poder arriesgar a
invertir en los estudios de sus hijos porque su seguridad salarial esté en vilo.
Con la
segunda parte de su intervención sí estoy algo más de acuerdo, vosotros os
preguntaréis el porqué, fácil, dice que con la nueva era digital el mundo
cambia día a día, y yo añado “¡sorpresa te da la vida!” ¿O algunos de ustedes
podría imaginar hace algún tiempo que quien fuera su antecesor, Gerardo Díaz
Ferrán, tuviera que dejar su responsabilidad por aquello de cogerlo con las
manos en la masa? ¡Si es que uno no se puede fiar ya ni de los compañeros! Esto
en el siglo XIX no pasaba.
A la
vista de este comentario se me ha abierto a mí la necesidad de ponerme al día
en esto de la macroeconomía, cosa en la que aquellos que tenemos la espada de
Damocles sobre nuestras cabezas, por cuestiones de supervivencia económica, no
le hemos puesto mucha atención.
He querido enterarme qué es eso de la Deuda
Pública que estos días también está algo alborotada por haber sobrepasado el
100 %. Bien, pues no es que me haya enterado mucho, pero puedo contaros que esto
significa que el Estado debe más dinero que la riqueza que genera, ¡pues vaya
novedad! ¿Y qué españolito de esos que el señor Rosell quiere poner en un brete
no debe más de lo que genera? Claro que según quien da la clase de
macroeconomía la cuestión tiene mayor o menor importancia. Oyendo a los
responsables del Gobierno, la cuestión no tiene importancia y todo es debido a
que nuestra economía está mejorando, pero si la cosa sale de boca de la
oposición, estamos casi a punto de sucumbir. Solución, seguir cada uno a lo
nuestro, eso sí, me he puesto a investigar históricamente el asunto y he
descubierto que desde que se tiene conocimiento de eso de la deuda pública
(1500) ésta, salvo en determinadas ocasiones, siempre que se ha superado el 100
% ha sido consecuencia de las diversas guerras en las que hemos participado, ya
que siempre pagaba la guerra quien la perdía, y la verdad que guerras no hemos
ganado muchas, así nos pasó en lo que se conoce como “guerra de Cuba y
Filipinas” o en la “Carlista” que en esta llegó al 150 %.
¿Cómo
lo solucionamos? Según lo oído conteniendo el déficit presupuestario; así que
ya nos podemos ir preparando, pues podéis imaginar cómo le vamos a meter el
diente.
Pero
que tengamos que pagar el déficit aquellos que más tiempo llevamos en él, tiene
bemoles; tenemos déficit en sanidad, en educación, en dependencia, en
libertades, en igualdad, en obras públicas…
Como no
quiero dejaros con mal sabor de boca, también voy a hacerme eco de algo que se
da de tortas con todo lo anterior.
Según
sugiere la OIT (Organización Internacional del Trabajo), en España debería subir
el salario mínimo interprofesional un 10 % en los próximos tres años para
reducir la pobreza laboral. La OIT pone como ejemplo a España en pobreza
laboral y especialmente en los jóvenes, en la franja de 16 a 24 años; El
experto explicó que “este aumento se debe a dos factores: el crecimiento del
desempleo, pero también porque muchos de los que tienen un empleo no reciben
una remuneración suficiente para salir del riesgo de caer en la pobreza. "Es
un tema preocupante debido a ese doble fenómeno".
Podéis
imaginar que mi primera parte no está muy de acuerdo con esta última, pero
seguro que al amigo Rosell, a quien ya llamo amigo por aquello de la confianza,
el estudio de la OIT, si es que se lo han pasado, le habrá hecho tanta gracia
como a mí el haberlo escuchado a él.
Claro
que yo voy a dormir tranquilo esta noche, él no lo sé, pero la conciencia no
debe de tenerla muy tranquila ¿o quizás sí? Peor para él.
Posiblemente lo
comentado haya perdido actualidad, no por ello deja de tener su enjundia, perdón
por lo trascendental de la matraca.
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