El porqué de Poste Cabildo

El Poste Cabildo es un pilar que sustenta dos arcos porticados de la Plaza de Garrovillas de Alconétar. En tiempos fue lugar donde se reunían los muchos clérigos de la villa para tomar decisiones. Algún tiempo después sostenía las espaldas de los jornaleros que esperaban el dedo apuntador para conseguir un jornal. Yo quiero que este Poste sea lugar para mis reflexiones, compartidas o no, e invitaros a criticarlas.


miércoles, 30 de diciembre de 2015

Nuestra generación (I Parte)


La genealogía entiende como generación quienes forman parte de una línea de sucesión, anterior o posterior de un individuo; así se entiende cuando se toma de partida una persona que tenga generaciones anteriores (ascendentes) y generaciones posteriores (descendiente).

Otros conceptos de generación es encuadrar a un grupo de personas por proximidad en las fechas de momentos vividos, por la fase tecnológica en la que se desarrolla, por el momento o movimiento cultural en el que se encuadra...

Aquellos que estamos entre la cincuentena, “sesentena” y alguna por añadidura que diría aquel, hemos visto unos cambios que se han producido en la sociedad que nuestras generaciones anteriores no hubieran nunca sospechado. Por varios motivos, pero fundamentalmente por las prisas de vivir y los desarrollos producidos en el menor tiempo posible; así, sin querer volver a marearos más sobre las Elecciones pasadas, ya se lo dejo otros y lo que nos queda aún, sí me gustaría, entrado en la harina de los cambios conocidos por aquello del tiempo vivido, desde aquella nuestra primera votación hasta las últimas conocidas, recordar o comparar tiempo y ocurrencias.

Nuestra primera votación se produjo un 15 de junio de 1977 miércoles, y aquí tenemos el primer hecho diferenciador, el día era laborable, el motivo era incentivar al voto ya que el tiempo necesario para la votación, en caso de estar trabajando, era tiempo remunerado y lo habitual era solicitar de la mesa un justificante de haber ido a votar.

El motivo era como en estas últimas, elegir a nuestros representantes en el Congreso y en el Senado, hacía 41 años, desde el 12 de febrero de 1936, que no se celebraban elecciones; en la actualidad y hasta la última de la CUP, -sí esa del empate, que si no lo veo no lo creo, y aún así tampoco me lo creo- en los últimos tiempos entre Europeas, Andaluzas, Municipales y Autonómicas, Catalanas, Generales, más la que le corresponde a cada cual por su participación en sindicatos, primarias de partidos y comunidades de vecinos, tenemos los dedos romos de introducir papeletas y la lengua seca de dar lamidos para cerrar los sobres.

En aquel 15 de junio, el censo era de 23 Mlle. de españoles, en las últimas 36,5 Mlle.; la participación fue cercana al 80 %, estábamos deseosos de papeletas, ¡ahora tupidos!

Las campañas comenzaban con la famosa pegada de carteles, durante toda su duración las poblaciones se sembraban de octavillas con los eslóganes, programas y las caras de sus líderes; los coches con megafonía y el correspondiente himno, aturdían de día y de noche, España era empapeladas con caras nuevas, colores llamativos y siglas recién salidas de las imprentas; la televisión pública hacía campaña de incentivación y educación para el día que se conocía como “la fiesta de la democracia”; la edad mínima para ejercer el derecho eran los 21 años.

Se formaban grandes colas para utilizar las cabinas por aquello de guardar el derecho al voto secreto, y algún retrato trasnochado y símbolos posfranquistas que todavía pendía de las paredes de algún que otro colegio electoral, hoy las colas están
en los bares de los alrededores de los colegios electorales a la hora de las “once”, tomar las cañas, hacer el vermut…, lo que sea para pasar el mal trago,  y lo del secreto del voto ya pasó a la historia.

Lo del recuento era exasperante, hasta el día siguiente, casi cerca de 24 horas después, no apareció el Ministro de Información del momentos, a la sazón, Martín Villa, para dar el resultado oficial provisional; de entre los datos que se impartieron, como curiosidad, fue que se habían acreditado 804 informadores extranjeros; en las últimas celebradas, a las 12 de la noche, cuatro horas después del cierre de los colegios ya se daban datos de más del 99 % escrutado.

La televisión pública tenía un espacio gratuito para los candidatos a Presidente, pero todavía los debates estaban en el limbo, todos los partidos eran emergentes, si bien algunos ya tenían su bagaje histórico y de lucha, caso del PSOE y el PCE.

El primer Gobierno democrático bajo la presidencia de Adolfo Suarez se constituyó el 5 de julio, 20 días después de las elecciones, el que emane de los últimos comicios ¿alguien puede aventurar fechas? ¡Yo tampoco!

La ilusión de los entonces cuasi lampiños las he visto en estas últimas elecciones, en las caras de los interventores y apoderados de los hoy llamados emergentes y de quienes votaban por primera vez; los reflejos de aquellos que aquel lejano día ya habían pasado anteriormente por aquella experiencia  y habían estado abstemios de sufragios durante un
tiempo obligado, también las he vuelvo a ver en quienes lo hacen, hoy no por miedo, sino por deuda, pero que han perdido toda la ilusión.

Prometí no hablar de elecciones y lo he cumplido, de las actuales me refería, prometo seguir.

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