Diciembre es mes propicio para celebraciones, festejos,
tradiciones y con ello regalos. Durante diciembre se produce por aquello de la
posición del astro rey, el Sol, lo que
se conoce como el solsticio de invierno, según los físicos es cuando el Sol se
encuentra a la mayor distancia angular negativa del ecuador celeste; en el
hemisferio norte, donde nos encontramos, el solsticio tiene lugar entre el 20 y
el 23 de diciembre.
Durante este tiempo distintas culturas tienden a celebrar este hecho.
Los romanos celebraban “las saturnales” realizando sacrificios
en el templo de Saturno, seguido de banquetes públicos e intercambio de
regalos.
Entre estas tradiciones y celebraciones hay que destacar lo que
en el mundo cristiano se conoce como la Navidad; es cuando se celebra el
nacimiento de Jesús, comienza el Nuevo Año, la Epifanía del Señor…, e
inevitablemente todo ello conlleva intercambio de regalos, unos acogiéndose a
Papá Noel o Santa Claus, otros a los Reyes Magos, de reciente creación “el amigo
invisible” y muchas, muchas reuniones familiares.
En el País Vasco adquiere cierta singularidad, se celebra durante
estos días el Olentzaro; es un
personaje de la tradición navideña vasca. Se trata de un carbonero mitológico que trae los regalos el día de Navidad en los
hogares del País Vasco, Navarra y País Vasco francés.
En todas las partes del mundo y culturas es tiempo de
felicitaciones, de compromisos, de grandes excesos culinarios (aquellos que
puedan), se multiplican las fiestas y reuniones.
La gastronomía tiene una importancia capital. En España y
salvando las diferencias regionales y locales hay que destacar el consumo de
sopas y caldo para entrar en calor, las carnes a base de cordero, cerdo, pollo
con diferente denominaciones, pavo…; los pescados tienen su época dorada tanto
en el consumo como en el precio, se come besugo, mero, rodaballo, merluza…; sin
olvidar a sus parientes los mariscos, a saber: langostinos, gambas, gambones,
percebes, cigalas….
turrones |
Punto y aparte en esta nuestra España tienen los postres, no hay
hogar en el que falte algo de turrón en sus muchas variedades y todo aquello que
florece en los estantes de las abacerías: polvorones, almendrados, mazapanes…;
todo ello con una base de la gastronomía propia del al-Ándalus utilizando como
ingredientes principales la almendra y la miel.
Bien, llegado a este punto, y dejando de un lado lo festivo,
quiero continuar con aquello que promulgaba antes sobre las reuniones;
reuniones que más que de celebración van a ser de indigestión; me quiero
referir a las que se van y están celebrando desde el pasado 20D. Unas dentro de
los órganos de los distintos electorados, otras entre la amalgama de electos, unas a voces, otras secretas y todas
ellas para intentar por parte de unos seguir siendo los prebostes, por parte de
otros opositar al puesto, e incluso algunos intentaran pasar desapercibidos
silbando aquello de “la muerte tenía un precio”.
A los mundanos ciudadanos después del sonsonete de las niñas y
niños de Colegio de San Ildefonso cantando los números agraciados en el sorteo la
lotería de Navidad y algún que otro villancico –a mí me gustan los flamencos–,
nos queda oír las cantidad de ocurrencias y elucubraciones que cada líder tenga
a bien regalarnos (que para eso estamos en Navidad).
Este pendolista se ha desayunado una de estas mañana con la
agradable noticia de que el jefe de la oposición será recibido en la Moncloa
¿será para regalarle la cesta correspondiente el jefe del gabinete por los
buenos resultados?; escucho que quien ha quedado cuarto en número de diputados
se postula como Presidente de Gobierno; que quien antes decía no a todo, ahora
está dispuesto a cambiar la Ley de Leyes para seguir sentado en su banco azul;
leo una ocurrencia de que una persona independiente presida el Gobierno para
entrar en un periodo constituyente; otros están pensando arrepentirse de
aquello de que no pactarían nunca con tal o cual…. A mí de todas las ocurrencias,
la de buscar una persona independiente para que presida el periodo
constituyente me ha hecho hasta reír, o sea ¿que entre los 350 elegidos no hay
ninguno que merezca tal honor? Que yo sepa hemos votado para elegir nuestros
representantes no para entrar en periodo constituyente, eso ya se andará.
En definitiva que estas Navidades van a ser más propicias para
la celebración de lo que se conoce como el “Día de los Santos Inocentes” que
para comidas de regocijos.
Patata caliente |
Volviendo y terminando con las comidas y celebraciones, ya tengo
las vituallas y caldos (como se dice ahora) a buen recaudo, otros me parece a
mí que también; en mi caso lo tradicional, algo de carne de la tierra, pescado
también de la tierra, pero de donde lo pescaron, los caldos extremeños y los
dulces y turrones sin gluten, que para eso soy celíaco y a mucha honra, otros
son otras cosas. Algunos su dieta de estos días va a ser a base de “patata
caliente”, que para mí no la quisiera yo.
Reflexión final, que no es lo mismo que “fin de la cita”: una
buena argamasa consta de tres partes de arena una de cal y la correspondiente
agua para amasar; nunca, nunca, por aquello de la estructura molecular de los
líquido, se puede mezclar el agua y el aceite; así que atento a la pisada que
se decía en tiempo de uniforme verde.
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