El porqué de Poste Cabildo

El Poste Cabildo es un pilar que sustenta dos arcos porticados de la Plaza de Garrovillas de Alconétar. En tiempos fue lugar donde se reunían los muchos clérigos de la villa para tomar decisiones. Algún tiempo después sostenía las espaldas de los jornaleros que esperaban el dedo apuntador para conseguir un jornal. Yo quiero que este Poste sea lugar para mis reflexiones, compartidas o no, e invitaros a criticarlas.


miércoles, 2 de marzo de 2016

Refranero sabio

Cierto es que el refranero además de sabio tiene soluciones para todos los gustos, como los años bisiestos son cada cuatro, aunque a algunos desde hace tiempo nos parezcan dos, pues da como resultado refranes a tutiplén, de la larga retahíla de ellos me he quedado con aquel que dice: “año bisiesto, año siniestro”. ¡No me digáis que no nos viene al pelo!

De las muchas y variadas acepciones del término “siniestro”, si eliminamos que es aquello que utilizan las compañías de seguros para cabrear a sus clientes cuando estos tienen un verbigracia y éstas dan largas para evitar el reconocimiento del mismo; o aquella otra que relaciona el vocablo con todo lo referente al lado izquierdo, nos podemos quedar con aquello de “perverso, avieso y malintencionado”. ¡Verdad que nos viene como anillo al dedo!

El asunto es que no solo se refiere al mes que hace que el año sea más largo de lo habitual, no, los adjetivos se hacen extensibles a los 366 días, así que vayan ustedes acomodándose para los que nos viene encima, porque yo no cejo en mi empeño de no hablar de aquello que lo tienen que hacer otros, pero por largo que sea el año, más largos serán los desencuentros.

Hoy mis sufridos me vais a permitir una de asilados, pero no de refugiados humanos, no tengo yo ni capacidad ni el cuerpo para hacer un hueco en mi perorata para a quien les deberían hacer hueco más allá de donde lo hubiera; que lejos nos queda cuando algunos tuvieron que salir vía otros países por aquello de los enfrentamiento y el querer hacer rentables las empresas de mosquetones y lanzallamas; mejor lo dejo que me caliento y termino como este último artefacto de achicharrar.

Quiero referirme a esos refugiados que hemos ido dando asilo aquí en este nuestro terruño, que no estaría mal si esto no fuera en perjuicio de los oriundos.

Del primero que se empezó a sospechar, en época moderna, fue del cangrejo americano, esa especie alienígena que ha diezmado a nuestro cangrejo ibérico, y es que hasta el nombre me gusta más el nuestro, ¿será porque todo lo ibérico tiene un punto patriótico/cercano?, ¿o por aquello del regusto del entreverado? ¡"Entrevelao" que diría un paisano! De todo puede ser. Pues ahí anda el americano haciendo conquista y llevándose al huerto al nuestro. De cualquier manera una buena cazuela de cualquiera de ellos bien condimentada con su regusto a cayena y acompañada con el “vinate” de rigor, bien merece un “parlao”, bajo chabuco o a teja vana.


Lo que no le acabo yo de ver la punta es al camalote o jacinto de agua, que llaman otros para dulcificar el nombre; si para algunas cuestiones estamos defendiendo la globalización por aquello de los mercados y las comunicaciones, resulta que aquí nos ha cogido el toro, y una planta originaria principalmente del continente americano, leamos en este caso cuencas del Amazona y Plata, por aquello de la globalización de la temperatura de las aguas, se nos ha colocado en nuestros ríos, principalmente en el Guadiana; y aquí estamos sin saber qué hacer con ella, lo que parece ser que tiene propiedades depurativas para el agua donde se asienta, va en detrimento tanto de la flora como de la fauna de nuestras aguas, otra vez estamos a vuelta con lo ibérico y lo royal, que por cierto lo que hoy se conoce como carpa royal también en su época fue especie invasora, en este caso de Asia y traída según me cuentan, por los romanos, otros que también tuvieron el placer de invadirnos.

Pero a lo que iba, que el camalote campa a sus anchas por estas nuestras aguas, que desde aquí, Junta de Extremadura,  se le solicita al Gobierno Central que intervenga la UME (Unidad Militar de Emergencia) y desde allí responden que no está dentro de nivel requerido para estos casos; blanco y en botella, que pueden ser muchas cosas o ninguna. Vendrá alguien que sea capaz de transformar el camalote en algo rentable y entonces desaparecerá y lo robaran como hacen con las aceitunas, sino al tiempo.


¡No penséis que he terminado con la invasión de exóticas! Lo penúltimo es la “almeja asiática”, ¡es que nos cogen por todos los lados! Esta “cosita” que dicho así se podría servir para preparar un buen arroz bomba, también de las Vegas del Guadiana, resulta que me trae a mal traer a los regantes del mismo; su larva al ser diminuta se introduce por entre las acequias y tuberías obstruyendo estas, con el consiguiente perjuicio y deterioro de las infraestructuras, y ahí tenemos a nuestra CHG (Confederación Hidrográfica del Guadiana) y a sus regantes buscando soluciones para su erradicación. Y eso que todavía no ha aparecido por estos lares lo que se conoce como “mejillón cebra”, otra especie intrusa y que nada tiene que ver con el popular “mejillón colorao”; estaremos a la expectativa.

Si de comida, mesa, mantel y esnobismo hablamos, qué me dicen ustedes de esa costumbre reciente, pero viral que se dice ahora, de hacer fotografía con el teléfono móvil de todo lo que se pone sobre mesa y mantel, a esto lo llamo yo "gastrofoto".

Permitidme ejemplo particular, pero que seguro que a todos ustedes les ha ocurrido, sino es que lo practican también, yo no soy mucho de ello por no decir nada. En un local de restauración con la familia, recientemente, observaba que de cuando en vez una luz de flas iluminaba la estancia, pensé  lo que todos imagináis, alguien está haciendo fotografía de los platos y bebidas para mandar vía wasap (aquí tenemos otra intrusión, en este caso del lenguaje) a sus contactos, pero lo que no imaginaba es que al girarme me lo encontré subido en la silla haciendo las fotografías en formato cenital. ¿Qué no se lo creen?, yo tampoco me lo creía, de hecho pensé que eran los efectos del de Ruedas; pero nada, allí estaba el buen señor, móvil en ristre, más alto que ancho pegando fogonazos cual Buster Keaton en “El maquinista de la General”.

Ni que decir tiene, que con eso de llevar el “internete” adherido al índice nos ha hecho perder hasta el gusto de las discusiones largas y dejarlas pendientes hasta el día siguiente; ahora siempre aparece alguien que se calla, agacha la cerviz, busca en el buscador de buscadores y ¡zas! en todo el morro, se fastidia la discusión y para celebrarlo otro lingotazo.

Refranero de bisiesto: “año bisiesto, ni aquello ni esto”.

Para terminar sin discutir, como empecé, pongo mi fin.


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