El porqué de Poste Cabildo

El Poste Cabildo es un pilar que sustenta dos arcos porticados de la Plaza de Garrovillas de Alconétar. En tiempos fue lugar donde se reunían los muchos clérigos de la villa para tomar decisiones. Algún tiempo después sostenía las espaldas de los jornaleros que esperaban el dedo apuntador para conseguir un jornal. Yo quiero que este Poste sea lugar para mis reflexiones, compartidas o no, e invitaros a criticarlas.


miércoles, 20 de enero de 2016

Yo hice Ingreso


Existe por las redes digitales, un movimiento que reivindica la EGB como modelo de estudio. Aquella Ley sobre método de estudio que fue aprobada en 1970 siendo Ministro del ramo José Villar Palasí.

Yo que no la estudié me voy a permitir reivindicar el Ingreso.

El ingreso era un compendio de estudios que te permitía acceder a la educación voluntaria de la época, en este caso lo que se conocía como Bachiller Elemental, que consistía en cuatro cursos y la Reválida de 4º y posteriormente el Bachiller Superior, sexto y reválida, en este ya se elegía entre ciencias y letras.

Si bien durante los bachilleratos existía un plan general de estudios que contenían asignaturas programadas (matemáticas, física y química, formación del espíritu nacional -total ná la papeleta-, francés, latín…); el ingreso era una acumulación de conocimientos en base al saber y entender de quien lo preparaba.

A mí me preparó, como a otros muchos, mi maestra (que hermosa palabra) Doña Julia. Si me pusiera a escribir aquí los recuerdos de aquel periodo, seguro que a unos los aburría, a otros le sonaría a chino, habría a quien le despertaría cierto sentimiento de nostalgia…, pero no, voy a dejarlo para otro día; solamente haré una pequeña mención que será la que me dé pie para desarrollar mi correspondiente matraca.

Uno de los libros que utilizábamos era la enciclopedia Álvarez en sus distintos niveles, amén de los múltiples mapas colgantes que cubrían las imperfecciones de las paredes, en los que aprendíamos geografía con aquella declamación cantarina que aún seríamos capaces de decirla de corrido. Una de las materias era estudiar los distintos aspectos de las “razas del mundo” y aquí aprendíamos aquello de blanca, negra, amarilla, cobriza y aceitunada; cierto que la división estaba basada en el color de la piel y no en ningún otro matiz científico ni antropológico.


Bien, entendiendo esto como preámbulo paso a exponer algo que los últimos tiempos, no es que me quite el sueño, pero es cierto que no comprendo, ¿será que me quedé en el ingreso?

Estos días atrás leo en un periódico, en su sección de cultura lo siguiente: “El Rijksmuseum de Ámsterdam modificará en 2016 hasta 300 títulos de obras para evitar palabras consideradas conflictivas como ‘negro’, ‘enano’, ‘moro’ o ‘mahometano'…”

Se refiere el artículo a los títulos de los cuadros del citado museo y que en su día fue el que le puso el autor de la obra. Igualmente tiene esta intención el Museo Antropológico de Madrid.

Ahora yo me pregunto si esto va a ser una tónica general ¿se va ha hacer lo mismo con otras obras de arte? Por solo poner algún ejemplo, todas aquellas canciones, poemas, libros…, que lleven la palabra negro, gitano, mahometano… ¿también van a ser modificadas? Pues ya tiene trabajo la SGAE y las Academias, tanto las que son reales como las que no.

Iros acomodando al asunto:
¿Os imagináis a un tal Antonio Machín con otra letra que no sea aquella de: “Aunque la virgen sea blanca píntame angelitos negros, que también se van al cielo todos los negritos buenos…” O que tuviéramos algún problema diplomático con nuestros vecinos por aquello de: “Y se ríen alegres de los mostachos y de los morriones de los gabachos”?
Podríais pensar que esto está muy atrás en el tiempo; sí, tenéis razón pero menos antañón que eso y pecando con algún que otro asuntillo, Sabina también tendrá que cambiar aquello de: Sentados en corro merendábamos besos y porros y las horas pasaban deprisa entre el humo y la risa... 
“¡Este es un irreverente!” me diréis algunos, a lo que yo os contesto ¡hombre pero Perales, el conocido como “el lágrimas” también tendrá que darle una vuelta a lo suyo! Cantaba aquello de: “y los muchachos del barrio le llamaban loca y unos hombres vestidos de blanco le dijeron ven, y ella grito no señor yo no estoy loca…”, aquí el término despectivo tiene que ver con cómo le ponemos ahora al término loca para que rime y tenga la métrica correspondiente.

Este que os pongo ahora entre su procedencia y lo que dice, seguro que es ajusticiado, me refiero a Serrat y la letra de su “Fiesta”: “Y con la resaca a cuestas vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas. Se despertó el bien y el mal la zorra pobre al portal la zorra rica al rosal y el avaro a las divisas…” ¡Te has caído con el equipo amigo Juanma!

No solo los términos vamos a tener que cambiar, también la intención; canta Ana Belén: “lías tus miradas a mi falda por debajo de mi espalda y digo yo que mejor que el ojo pongas la intención, líame a la pata de la cama, no te quedes con las ganas…”
¡Inculto, estos son todos unos incultos! Ahí va una de cultura: aquella zarzuela que se mete con las gitanas y agarenas como si nada: “Mujer de perfil gitano, que tiene sangre agarena (esclava de Abrahan), mujer de cuerpo pagano, eres llama, verso y flor…”
La Ópera también tiene su pecado racista, en la habanera de “el amor es un pájaro rebelde” de Carmen de Georges Bizet se escucha: “El amor es un niño gitano, que jamás conoció la ley...”
Si la sensiblería con los menores también hay que modificar, ejemplo con uno basta: “Niño, deja ya de joder con la pelota. Niño, que eso no se dice, que eso no se hace, que eso no se toca...” 
¡Ay mi Miguelillo, el de Molina! como se las apañaría para cantar “La bien pagá”: "Na te debo/na te pio/me voy de tu vera orviame ya/que he pagao con oro tus carnes morenas/no maldigas paya que estamos en paz…” Otro ajusticiado, este por varios motivos.
Lo de los gitanos es punto y aparte, el trabajo que va a llevar, voy terminando con una canción no muy antigua pero de gran éxito. “Hijo de la Luna” de Mecano: “Tonto el que no entienda/cuenta una leyenda/que una hembra gitana/conjuró a la luna/hasta el amanecer/llorando pedía/al llegar el día desposar un calé...”


Termino por aquello del tedio, voy a proponer una iniciativa popular, no sé si legislativa o ilegal, para recoger firmas y cambiar el nombre a la obra de aquel tal Lorca y que no se lo ocurrió otro nombre que “romancero gitano”.
Lo que digo ¡si es que me quedé en el ingreso!

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