Allá
por el mes de diciembre pasado publicaba mi primera perorata en este Poste de
Cabildo.
Aquellos
que hemos prostituido el noble arte de la escritura convirtiéndonos en
pendolistas autodidactos, y que bebemos de lo que otros nos sirven, tenemos que
ir detrás de los pasos que ellos nos marcan si queremos estar actualizados.
He
procurado en estas mis publicaciones marcar la actividad con algo de humor y de
sorna, ¡bastante agrio es el día a día para que venga yo a estropearlo!
No soy
de los que dicen que no les gusta la política, ni el fútbol, ni los toros, ni
la belleza venga de donde venga; no desprecio un buen rato con amigos alegrando
el coleto con un buen vaso de vino, o el tener que callar la boca por mor de
una cuchara con suculento alimento. Se me nota a la legua de qué pié cojeo –o
mejor para donde tiro-, no físicamente, que en este caso también coincide,
tanto en lo político como en lo futbolero, las dos cosas que más nos tiene
enfrentados a los españolitos.
Referente
a lo primero, la política, no me duelen prendas cuando he tenido que publicar
mis cuitas por lo maltrecho de mi partido político, me gusta defender lo que
entiendo como modelo de sociedad y ello se refleja en unas siglas, otra cosa es
comulgar –cosa que no práctico- con ruedas de molino.
Referente
al otro motivo de enfrentamiento en esta nuestra Iberia, el fútbol, me gusta
que gane mi equipo, ese que se conoce como el Barsa, ganando él me da igual lo
que hagan otros; no suelo discutir, si acaso alguna picadita, porque entiendo
que el fútbol es un aditivo para el divertimento, sí para la rivalidad, pero
nunca para el enfrentamiento.
Durante
estos meses de estar al resguardo de este Poste Cabildo, unas veces para
guarecerme del frío y otras para cubrirme del “lorenzo”, habré tenido de todo,
unos días mejores y otros menos mejores, procuro, como decía antes, nutrirme de
aquello que unos nos venden y otros demandamos, es la información pura y dura;
cierto es que en función de la fuente a la que te embroques a beber, el agua puede
tener unas características organolépticas distinta de otras.
Suelo
recopilar de varios medios, la información que me resulta más interesante para
luego hacer mi batiburrillo particular, tenía para esta cháchara de final de
curso un par asuntos que me resultaban interesantes.
Por una
parte, la guerra generada entre aquellos que defienden la modificación de
ciertos alimentos, los llamados transgénicos, en beneficio de cierta parte de
la sociedad que está bajo mínimos, y aquellos otros, que defienden una cierta
forma de vida más ecologista -me parece a mí que un tanto exagerada- y que
sobre ponen ciertos principios por encima del género humano.
El otro
asunto, un tanto escabroso, era el de la famosa lista de morosos que ha
publicado ese Ministerio en el que todos tenemos una parte.
A mí me
da que es una especie de globo sonda para distraer la atención, y me explico:
los morosos son aquellos que no han pagado en tiempo y forma, por lo tanto debe
ser tan fácil como requerirle por el medio que sea que salden la “mojatra”, y
“aquí paz y después gloria”; otra cosa son los defraudadores, que es a esos a
los que se quieren ocultar de una manera un poco torticera con mil y una
estratagema; que si la lista de Panamá, que si la de Falciani, que si Suiza y
Andorra…, ¡por cierto yo no estoy en ninguna de ellas y mira que me da pena!
De lo
de los transgénicos y la capa de ozono tendremos tiempo de hablar al regreso; y
de esto de los del “yo no sé nada”, “eso era de una herencia”, “eso es mi
abogado quien lo lleva”…, también.
Yo
espero que si los hados son propicios estaremos de vuelta después de haber
cogido las almendras y haber vendido el muleto en la feria de San Mateo.
Me
parece a mí que este verano voy a tener más biberones y pañales que Plaza y
Laguna.
Feliz
verano y buen viaje de ida y vuelta.